martes, 24 de agosto de 2010

Increíble pero cierto

                    El tiempo pasa. No hay otra. Lo que nos mantiene vivos es pensar en qué será mañana de nosotros. Hay quien se hunde en el camino, quien avanza muy rápido sin mirar atrás y también, quien se deja llevar y de esa forma flota en la vida como pompa en la bañera. Una vez leí que cuanta más inconsciencia, más felicidad, y, ciertamente, así es. Pensar en lo que nos rodea, asumirlo y no hacer nada por evitarlo o cambiarlo, es imposible para una persona cabal.
                   
                 Ahora miro esta foto y apenas puedo creer todo lo que me ha sucedido desde entonces. Presuntos implicados cantaba cómo hemos cambiado, El desván del duende asegura que gran parte de este circo es increíble pero cierto y sólo uno mismo puede reencontrarse entre tanto correr de aguja fina de reloj.

                 Ése soy yo con, no sé, quizás 17 años, en Descargamaría (Cáceres) ¡Qué pintas, por dios! Eugenio diría bandarra, la cola, bandarra, eso te falta para león...


P.d.: Mudanza y desconexión a internet durante algunos días es lo que me ocupará esta semana...

jueves, 19 de agosto de 2010

Galgo corredor


                La carretera fue, una vez más, nuestro cobijo. Los días se hacen largos cuando sólo escuchas el rugir del motor de la Mercedes consumiendo el doble de lo que un buen padre de familia calcularía. Cruzamos dos veces España y la atacamos de madrugada, arañando con notas agudas las noches que pasamos.

              Conocí gente con sonrisas puras y compartí escenario con cenizas absurdas. Con ojos de abandono, crucé pueblos de los que sólo había oído hablar en libros con 400 años de historia. También traje vino a casa y ropa sucia.
Mientras la vida pasa, las fotos y vídeos no perdonan, estamos más viejos y tarados. Eso sí, no importa la edad que tenga, hay quien es idiota y no puede evitarlo.

viernes, 13 de agosto de 2010

Pies Vs. Naranjas

    No entiendo lo de las medias naranjas. ¿No podríamos haber encontrado un símil más auténtico, activo y humano que el de este cítrico exquisito que en ningún caso debiera menospreciar?
      Hace ya tiempo, rodeado de mucha gente joven, desarrollé una teoría a la que denominé "tu otro pie". Porque ¿quién va por ahí besando o lamiendo pies a los demás? Nadie. No toleramos los pies de otro en absoluto. Sin embargo, sólo hay un caso en el que todo cambia y se convierte en un festín de extrema belleza y en un baile romántico y sensual. Hablo del Amor. Cuando llega y se queda, no hay obstáculos ni fronteras y los muros que puedan existir se derriban aceleradamente.

          Tu mano agarra su pierna, la deslizas muy lentamente navegando por su piel y aquel gemelo se derrite dando paso a su tobillo, punto de partida y equilibrio de su pie, cuyos dedos juegan a escaparse de tu pasión y en ningún caso logran... Con luz de velas perfumadas, agarras fuertemente de nuevo su pierna y dejando que su rodilla ceda levemente, acercas su empeine hacia tu boca...

          De ese modo encuentras tu otro pie, aquél que nunca tuviste pero al que siempre juraste servidumbre y fidelidad. Un pie que no es como el de los demás y que no da bascas, sino placer, serenidad y se muestra delicado, sobradamente dispuesto ante tus dientes.  

        Amor, ese bendito veneno que convierte la locura en lucidez.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Ni a mí puedes matarme

        Qué narices, no pienso plantarme sin más. Si acecha el momento y ella me busca, la escupiré a la cara, sonriendo si puedo, sabiendo que la batalla siempre la gana el Amor y que es, precisamente, eso lo que nos salva. Llámalo Dios o como quieras, pero a mí, dejadme en paz, ya no me engaña nadie. Es el Amor lo que nos hace ser felices y creer en algo, ¿o vendrá alguien a convencerme de lo contrario? Si la guadaña merodea a oscuras, y en ese mismo instante aún soy consciente, desgarrándome la garganta recitaré estas palabras de John Donne -con casi 100 lustros de antigüedad- y que para mí representan la fuerza del coraje en carne viva, la valentía de un minúsculo grano de polen en el aire,  la rebeldía de las células sanas ante las cancerosas...

               No te enorgullezcas, muerte, aunque te llamen poderosa y horrenda, porque no lo eres. Aquéllos a los que creíste abatir, triste muerte, no murieron, ni a mí puedes matarme. Si del reposo y el sueño, meras imágenes tuyas, tanto placer proviene, de ti, entonces, mucho más debe venir. Los mejores de nosotros se van enseguida contigo (...) Esclava del Hado, la Fortuna, los reyes, los desesperados, si con veneno, guerra, enfermedad, amapola, encantamiento se nos hace dormir tan bien, mejor que con tu golpe, ¿de qué te jactas? Tras un breve sueño, eternamente vamos a despertar, y ya no habrá más muerte. Tú, muerte, morirás.

John Donne. Poesía Sacra.
Traducción de Sergio Cueto
(Beatriz Viterbo Editora. Rosario1996)


lunes, 2 de agosto de 2010

Mañana, lentejas

             Mañana, lentejas. Ya están en remojo. Haré la receta de mi padre, con morcilla, chorizo, zanahoria, patata y panceta. Compraré pan, porque cuando las comes casi que lo piden a gritos, y si sobra mucho y están sabrosas, las congelaré.


           El problema viene al pensar en la bebida, ¿con qué debo acompañarlas? Creo que no podré dormir mientras no tenga esto resuelto...